Jornada de sensibilización en torno a proyectos WASH

PROYECTOS WASH: un reto de futuro, un compromiso de presente

 

Llamamos PROYECTOS WASH a aquellos que impulsan el acceso a agua segura y saneamiento básico así como la promoción de un cambio de hábitos de higiene.

Mejoras en el suministro de agua potable son claves para cumplir los Objetivos de Desarrollo (ODS), reducir la mortalidad infantil y fortalecer la salud de manera sostenible.

Sobre estas bases se asienta el proyecto desarrollado en el área rural de Kamonyi (Ruanda), cuya primera fase acaba de concluir,  gracias a la financiación de la Fundación Ferrovial.

El proyecto ha construído letrinas y montado kilómetros de tuberías para facilitar el acceso a un agua segura a una población dispersa de unas 6.500 personas (ver   https://icli.ong/ruanda-cronicas-de-un-viaje-de-cooperacion/   para descubrir más) pero, sobre todo, ha entrado en contacto directo con las familias para hacer pedagogía sobre las enormes ventajas derivadas del uso de agua segura en términos de: salud, educación, higiene, bienestar y desarrollo individual y colectivo, fundamental para el éxito del proyecto.

Así nos explicaba Marcelle cómo languidecen cada año miles de sanitarios del continente africano por falta de uso. La comunicación ha de fluir en ambos sentidos, insistía. Es muy importante escuchar y entender sus hábitos y costumbres que merecen nuestro más absoluto respeto. No hay que imponer sino mostrar los beneficios de un agua segura y esperar que los interioricen y pongan en práctica … necesitan su tiempo!

En un país eminentemente católico, como Ruanda, la iglesia ocupa una posición importante en la vida de las personas. Por ello, ha resultado muy valioso contar con la alianza de Cáritas, y los recursos del proyecto, para dotar a las escuelas del material de higiene necesario para que las chicas no dejen de acudir a los centros durante sus periodos menstruales, lo que provoca un gran absentismo escolar entre las adolescentes ruandesas. Existe un gran tabú en torno a la regla, comentaba Marcelle. Además, esta perspectiva, nos ha permitido dar un amplio enfoque de género que nos ha satisfecho.

Marcelle permaneció en Ruanda durante dos semanas monitorizando la marcha del proyecto. Coincidió con el estallido de ómicron y el cierre de fronteras africanas, lo que dificultó enormemente su regreso. A pesar de ello, el trabajo no se detuvo. Su aportación resultó crítica para el desarrollo del programa. El que haya venido ahora a compartir su experiencia, es todo un gesto de generosidad que agradecemos profundamente.

Marcelle, ha sido un verdadero placer y muy didáctico!

 

 

 

 

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