‘Se estima que un tercio de la producción anual de comida, el equivalente a 1300 millones de toneladas, acaba en la basura de consumidores o minoristas, o estropeada por un transporte y prácticas recolectivas deficientes’
‘Si la población mundial alcanzase los 9600 millones en 2050, se necesitarían (casi) tres planetas
manteniendo los estilos de vida y consumo actuales’
‘Kilómetro cero’ y Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) caminan en paralelo. El ODS 12 habla de “producción y consumo responsables”.
La alimentación de ‘Kilómetro cero’, o ‘Km 0’, es aquella basada en la adquisición preferente de productos cuya materia prima procede de un radio inferior a 100 Km. La tendencia surge en EEUU en los setenta y llega a Europa a finales de los ochenta. Su objetivo no es tanto luchar contra las grandes distribuidoras como potenciar las economías locales y los cultivos de temporada creando, con ello, un modelo más solidario.
Es un hecho constatado que el progreso económico y social del último siglo han venido acompañados de una degradación medioambiental que está poniendo en peligro los sistemas de los que depende nuestro desarrollo futuro.
El concepto ‘Km 0’ está vinculado a un movimiento internacional conocido como ‘slow food’ que significa CONSUMIR DE FORMA SOSTENIBLE. Tal y como señala una resolución del Parlamento Europeo de 2012: ‘la cercanía en el consumo es una de las medidas fundamentales para reducir el desperdicio’.
¿Por qué aumentar mi consumo de alimentos ‘Km 0’? … porque:
- Dejan una huella ecológica mucho menor. Camiones congeladores, aviones, trenes y barcos pueden ser excluidos de la cadena de distribución mitigando la emisión de gases de efecto invernadero y el uso de materiales no biodegradables como plásticos.
- Reducen el desperdicio alimentario al acortar la cadena de intermediarios. El activista Tristram Stuart, uno de los líderes mundiales contra el desperdicio alimentario, afirma en su libro ‘Waste: uncovering the global food scandal’: ‘dos terceras partes de los productos se desperdician antes de alcanzar al consumidor final’.
- Nos hacen ser conscientes de nuestras limitaciones ambientales al tener que regirnos por el calendario de productos de temporada potenciando la economía local.
Este iniciativa recoge el cambio en las preferencias de los consumidores que buscan enriquecer su experiencia de compra sabiendo que, con cada gesto, se ayuda a la preservación del medio ambiente.
Los productos de proximidad son sanos, sometidos a los más estrictos controles de calidad, sabrosos y con mayor aporte nutricional. Permiten, además, mantener la identidad de pequeñas explotaciones, familiares en muchos casos, contribuyendo a la pervivencia del territorio.