Podemos descubrir el alcance real del proyecto escuchando, de primera mano, los TESTIMONIOS de algunas de sus protagonistas, como el del matrimonio de Lorenza y Santiago, productores paneleros de Tambogrande; o los de Juana, Rudeisly y Celestina, que trabajan con ilusión por un futuro mejor para ellas y sus familias.
Ver testimonio de Lorenza y Santiago clicando AQUÍ
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Hitos del proyecto (noviembre 2020-junio 2021):
- Plantación de 6,52 nuevas hectáreas de caña de azúcar, superando el objetivo inicial previsto de 5 Has, con capacitación de 37 mujeres productoras y alfabetización de 42 campesinas, para un desarrollo local.
- 150 familias de pequeños productores beneficiadas en Lalaquiz.
- Presupuesto final: 54.888 €, de los que 33.000 € han sido aportados por la Fundación SENER.
- Además, la Fundación SENER ha contribuido, de manera excepcional, con 850 h de su personal para el estudio y diseño de mejoras del sistema productivo de la panela (producto elaborado a partir del jugo de la caña de azúcar).
- Contraparte: la ONGD local FIAD (Fomento de Investigación y Acción para el Desarrollo) y UDEP/Universidad de Piura. Podemos calificar de cercano el vínculo que une a FIAD-UDEP con ICLI tras más de 20 años de proyectos en común, hasta un total de 10, en localidades empobrecidas de la región andina.
Todo comenzó con un viaje
A este proyecto se llega tras una viaje de cooperación a la región de Piura, en el que participaron dos representante de ICLI y otro de la empresa SENER, donde mantuvieron encuentros con diferentes agentes sociales: doctores universitarios, alcaldes, agricultores, comercializadores de panela, que les permitió conocer, de primera mano, sus necesidades sociales, técnicas y de gestión.
Lalaquiz vive fundamentalmente de la actividad agraria aprovechando la diversidad de pisos ecológicos que ofrecen un abanico de productos destinados al autoconsumo y al comercio regional. Aun así, una orografía complicada y la falta de recursos les sitúa en desventaja frente a un mercado cada vez más exigente. El transporte de materias es lento e ineficiente ya que se practica, con frecuencia, con medios de tracción animal.
Se trata de reducir la pobreza y contribuir a mejorar, de manera sostenible, las condiciones de vida de sus habitantes generando oportunidades para un acceso igualitario a las actividades económicas y sociales. Que las mujeres puedan desarrollarse con un trabajo digno y participar en espacios de toma de decisiones con acciones dirigidas a mejorar su economía local, seguridad alimentaria y alfabetización.
Mujeres campesinas motoras del proyecto
Un proyecto que las ha situado al frente con el desarrollo de actividades productivas y de seguridad alimentaria como la explotación de nuevas parcelas, manejadas por mujeres, y la puesta en marcha de huertos familiares que aseguren la alimentación de la población más vulnerable y un pequeño flujo de ingresos derivado de la venta de los excedentes en los mercados locales.
Un proyecto que también ha trabajado las capacidades técnicas, de asociatividad y comunicativas de esas productoras, que las ha hecho conscientes de errores del pasado, capacitándolas para afrontar un cultivo de caña de azúcar correcto y adaptado a las características del terreno de cada beneficiaria.
Un proyecto que se ha hecho patente de la elevada tasa de analfabetismo existente en la zona, especialmente entre las mujeres, a las que ha apoyado para dar el salto a una vida más plena, con formaciones personalizadas en sus hogares, donde han aprendido a leer textos cortos, a realizar sumas y restas sencillas, a escribir su nombre y DNI, y el de sus familias, donde han descubierto sus derechos y deberes como ciudadanas y el respecto por la tierra que habitan. Se percibe un gran interés por mejorar.
Un proyecto que, se sospecha, se vio afectado por un brote de COVID-19 que alcanzó a más del 60% de la población beneficiaria, aunque la falta de medios sanitarios impidió la realización de pruebas concluyentes. Se ha constatado durante este tiempo un cierto rechazo al uso de medidas preventivas como: mascarilla, distancia social o lavado de manos.
Llega la revolución a la panela
La visita a terreno permitió comprobar los medios rudimentarios con que se estaba produciendo y que han sido también amplio objeto de estudio para su mejora. Destacamos algunos:
- Asegurar el abastecimiento de un agua de calidad, imprescindible para la consideración sanitaria y ecológica de la panela. Paralelamente, el agua para consumo humano debe también mejorar en beneficio de un fortalecimiento de la salud comunitaria.
- Reemplazar el uso de combustibles fósiles por energías limpias en los trapiches (molinos utilizados para extraer el jugo de la caña de azúcar) reduciendo la contaminación y la generación de residuos.
- Promocionar el uso de panela en la pujante gastronomía peruana y como parte de la dieta habitual de los habitantes de la zona.
- Creación de un Centro Internacional de la Panela, con el apoyo confirmado de la embajada española en Lima y del Ministerio de Industria peruano, potenciando el valor de un producto singular de Piura y la creación de alianzas con escuelas de hostelería, centros tecnológicos, universidades.
Se abre, en definitiva, todo un mundo de posibilidades que, estratégicamente manejadas, podrían situar a Piura en el centro de la panela impulsando, con ello, su despegue económico definitivo.
Este proyecto, ya finalizado, continúa dando sus pasos gracias al apoyo de autoridades locales, regionales y provinciales, con el que contamos en todo momento. Además, gozó de una gran acogida entre la población de Lalaquiz, que se prestó a darle cobertura, con la participación de algunas, y algunos, de sus protagonistas en campañas de prensa, medios radiofónicos y vídeos testimoniales, que están contribuyendo a amplificar un programa que nos ha reportado una enorme satisfacción.