El Rincón de Pensar: H. Ana Pina

El Rincón de Pensar recibe a la portuguesa Ana Pina,
Esclava del Sagrado Corazón de Jesús (ESCJ)

 

“La motivación y la capacidad de creer en sí mismas es muy débil por falta de apoyo de la comunidad y el peso de la tradición”

Nacida en Lisboa en 1967, se licenció en Ciencias Químicas por la Universidad de Oporto. Tras un año en Santo Tomé y Príncipe con la ONG portuguesa Leigos para o Desenvolvimento, decidió entrar en la congregación de las ESCJ para iniciar su formación en 1993. En 2003 fue enviada a Timor Oriental donde permaneció durante 13 años. Desde enero de 2016 reside en la isla de Borneo, en la región indonesia de Kalimantan.

Se podría definir la misión de las ESCJ como “un trabajo de acompañamiento”, de búsqueda de medios formativos y económicos para un futuro mejor de la población. Además, preocupada por la brecha de genero, por la evidente falta de oportunidades, ha asumido como propio el compromiso de búsqueda de alternativas que promuevan el valor de la mujer y sus capacidades.

 

“Indonesia, en particular, y la cultura asiática, en general, las grandes desconocidas de occidente”

Indonesia es comúnmente asociado con el turismo de Bali, con lo exótico, y, por el lado negativo, con la selva tropical y su destrucción para la producción masiva de aceite de palma. Pero esto es sólo una parte de su verdad, afirma, porque Indonesia es mucho más. Es riqueza cultural y son valores que nos enriquecerían inmensamente si nos detuviéramos a observar y aprender.

Lo que más sorprendió a Ana del país fue el cariño con que la recibieron, la generosidad de sus gentes y la inmensidad de los cultivos de palma en contraste con una selva en declive que iba cediendo terreno. Le gustó la apertura y cercanía de la iglesia hacia las personas más vulnerables y su implicación social, así como el atractivo de la cultura indígena dayak presente en la región.

Las tierras que trabajan, explica, fueron suyas en otro momento. Ahora pertenecen a grandes corporaciones. El suelo es rico en bauxita alimentando una inmensa fábrica de aluminio. La contaminación pluvial es uno de los grandes problemas del país. El cambio climático también se ha hecho sentir con estaciones secas, muy secas, y húmedas donde llueve torrencialmente.

 

“Bambú como motor de desarrollo local y medio ambiental”

Con ICLI hemos puesto en marcha el proyecto: Cultivo y promoción del bambú como alternativa respetuosa con el medio ambiente para el desarrollo local de Sukaria”, que contó con la financiación de La Rioja Alta S.A.  El proyecto, comenta Ana, trató de dar respuesta a las inquietudes de la población: cuidado del suelo, protección de los ríos y una posibilidad de mejora de la economía doméstica con la venta de productos hechos de bambú. Las mujeres han participado activamente en este programa, añade. Sin embargo, el azote de la pandemia ha provocado una parálisis temporal impidiendo la ejecución de algunas de las actividades programadas como las relativas a la formación presencial en técnicas de marketing y primeros negocios aunque, hasta que se puedan retomar, el bambú sigue creciendo y fortaleciéndose …

 

“La cooperación ha supuesto mayores y mejores posibilidades de ayuda local”

Ha permitido entrar en contacto con otras personas, con el deseo común de ayudar, para llegar a quienes más lo necesitan. El trabajo en red donde cada uno aporta lo que puede, es, sin duda, un gran avance para la redistribución de la riqueza y de la justicia social que tanta falta hace en este mundo, afirma.

Ana prefiere hablar de DESAFÍOS frente a déficits de desarrollo del país. Nos gusta esa mirada! Circunscribiéndose a la región que habita, menciona la educación como uno de ellos. La tasa de abandono escolar es elevada. Muchos padres demandan la ayuda precoz de sus hijos para trabajar en las plantaciones de aceite de palma. Además, el carácter insular del país obliga a desplazarse de una isla a otra para poder cursar estudios superiores, lo que está al alcance de muy pocos. Junto a la educación, destaca la conservación del medio ambiente, todo un reto teniendo en cuenta el ritmo al que se destruyen bosques y suelos. Menciona también la necesidad de regular las explotaciones mineras evitando, con ello, la contaminación de los ríos que suministran agua corriente a las comunidades locales así como de invertir en infraestructuras: carreteras, transportes públicos o accesos a zonas remotas aliviando, con ello, el impuesto aislamiento de parte de la población.

 

Concluimos este fructífero encuentro hablando de FUTURO. El suyo más inmediato la sitúa en Indonesia con perspectivas reales de retomar el programa de bambú. Seguirán apoyando a la infancia y juventud en su educación motivándoles para que sean parte activa de la sociedad. Nos cuenta, con gran ilusión, cómo han iniciado una actividad con un pequeño grupo de jóvenes lideresas, principalmente estudiantes universitarias y graduadas, para que dirijan iniciativas locales relacionadas con el cambio climático y la protección del medio ambiente. Y, por supuesto, seguirán apoyando a la iglesia local en todas las actividades pastorales.

Escuchando y observando, como decía  Ana, se aprende, y nosotros lo hemos hecho de su ilusión, fe y compromiso. Muchísimas gracias por habernos hecho pensar, ha sido un verdadero placer!!

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